lunes, 12 de agosto de 2013

El Venado Descuidado

Para la época de la sequía escasea el agua en el monte y no hay maleza para que los animales coman. Esta narración nos habla de lo que le aconteció a un venado, precisamente en una época de sequía.

Cierta ocasión que el venado andaba comiendo la poca hierba que quedaba, de pronto se dió cuenta que ya no quedaba ni una sola mata con qué alimentarse. Eso lo puso muy pensativo porque no sabía que hacer para poder alimentarse. En eso estaba cuando llegó una urraca y se posó en la mata de k'aniste' y el venado le dijo:

-Oye urraca, veo que estás muy contenta, parece que no te preocupa el comer o no.

Entonces la urraca le contestó:

-De qué me voy a preocupar si todos los días tengo que comer en la milpa o en cualquier otro lugar. Y tú... ¿no tienes en dónde comer?

-Yo no tengo en donde comer ni una sola hierba, creo que si tarda mucho esta situación me voy a morir en estos días, porque no se en donde encontrar una milpa. Pero dime ¿tú de qué te alimentas?.

-Yo como elote, gusanos y el fruto del k'aniste'.

-Si quieres ir a comer frijol, elote, calabaza u otras cosas, te puedo enseñar dónde queda una milpa.

-Pues vamos a que me enseñes dónde queda la milpa- dijo el venado.

-Vamos, muévete, tu me dijiste que te estás muriendo de hambre.

La urraca y el venado comenzaron a dirigirse a la milpa. Cuando llegaron la urraca dijo:

-Allá está, ya llegamos todo eso que ves lo puedes comer, nada más que no te vayas a descuidar, no te vayas a tardar, cuando veas que va a anochecer sales, porque de quedarte puede te puede cazar el dueño de la milpa.

Apenas dijo eso la urraca y emprendió el vuelo.

Pasó un mes de estar comiendo en la milpa, el venado comenzó a confiar demasiado.

Un día de esos que venía el dueño de la milpa, descubrió las huellas del venado y entonces pensó que el le estaba comiendo sus elotes y dijo:

El venado está acabando con mis elotes, aquí están sus huellas, más tarde vendré a cazarlo.

Así lo hizo el milpero, cuando regresó, colgó su hamaca en las ramas de un árbol que estaba precisamente por donde cruzaba el venado y se subió a acostarse. Mientras estaba acostado prendió un cigarro para ver la dirección del viento. Una vez que se cercioró que no lo iban a olfatear se dispuso a esperar pacientemente.

De pronto "pa' aw" a lo lejos se escucho un disparo.

La urraca que andaba cerca del lugar, al escuchar el disparo dijo:

-Te advertí que no te descuidaras porque te podrían disparar. No te mato la falta de comida en la sequía, pero una bala acabó con tu vida. <

Cuando pasé por ahí estaban asando la carne del venado y la pobre urraca estaba llorando la muerte de su amigo.

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